¿Qué es la E-coli?

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Foto: biboza.blogspot.com

 

Es una bacteria que habita en los intestinos de la mayoría de los animales sanos. Aunque existen diversos tipos que no son dañinos para los humanos, los que sí lo son causan infecciones del aparato excretor, meningitis, neumonía… Su aparición más leve en las embarazadas no provoca daños al feto y tampoco interfiere en la lactancia. Sin embargo, hay que controlarla y tratarla a tiempo para evitar males mayores. Para prevenir su aparición, evita la carne cruda, lava bien las frutas y verduras antes de ingerirlas y extrema tu higiene personal al lavar el baño o entrar en contacto con animales


Una bacteria muy peligrosa

La Escherichia coli (E-coli) es una bacteria que en su hábitat natural vive en los intestinos de la mayor parte de mamíferos sanos y en el agua estancada. Es el principal organismo anaerobio facultativo del sistema digestivo. En individuos sanos, es decir, si la bacteria no adquiere elementos genéticos que codifican factores virulentos, actúa como un comensal formando parte de la flora intestinal y ayudando así a la absorción de nutrientes.

Existen varios tipos de bacterias E-coli y la mayoría no son dañinas para los humanos, pero algunas sí pueden causar serias enfermedades. Habita en los intestinos y en la vagina y puede provocar infecciones intestinales y extraintestinales generalmente severas, tales como infecciones del aparato excretor, meningitis, peritonitis, mastitis, septicemia y neumonía por bacterias gram negativas.

A la mayoría de las personas esta infección les causará dolores de estómago, algo de fiebre, gases, inapetencia, vómitos y diarrea; aunque muchas no presentan sintomatología alguna. Los enfermos pueden tener de leves molestias a graves complicaciones, que se generan pasadas las 24 a 72 horas desde que la bacteria ingresó al intestino.

En casos severos, puede haber diarrea con sangre, lo cual indica que hay que acudir al médico de inmediato. Raras veces las personas con infección de E-coli desarrollan una forma de fallo renal conocido como síndrome hemolítico-urémico, una condición médica muy seria que puede provocar un daño renal permanente.

Si el médico detecta síntomas de esta infección, analizará una muestra de heces. La mayoría de la gente sana se recupera en un par de días sin necesidad de tratamiento. Normalmente, se prescribe para la diarrea el consumo de abundante líquido y evitar la deshidratación. Cuando una persona enferma no debe ir a trabajar o asistir a lugares públicos para evitar el contagio masivo.

Si la bacteria ocasiona una infección urinaria (mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres) sí harán falta antibióticos.

Algunas de las maneras en las que uno se puede infectar con E-coli son:

• Comer frutas y verduras contaminadas crudas o sin lavar.
• Beber leche y jugos no pasteurizados.
• Comer carne cruda o no bien cocida.
• Beber o nadar en agua infectada.
• Tener contacto con heces de animales de granjas o zoológicos infectados.



E-coli y el embarazo

Cualquier infección o enfermedad durante la gestación supone una preocupación extra para la salud del bebé. Aunque no existen indicios de que la Escherichia coli cause defectos congénitos en el feto, la diarrea que puede provocar la bacteria hace que el organismo pierda muchos líquidos, con lo que la embarazada se puede deshidratar con facilidad.

En casos muy raros y extremos, incluso pueden comenzar a sangrar abundantemente, corriendo riesgo de aborto o de parto prematuro. Por eso, si se sospecha que se puede haber contraído esta enfermedad, se debe acudir al médico de inmediato para que realice las pruebas pertinentes y se comience el tratamiento sin tardanza.  

Si la infección se encuentra en la vagina, es posible infectar al bebé durante el parto. Lo que no se sabe con seguridad es si la E-coli presente en alimentos o agua contaminada puede pasar a través de la placenta y dañar al feto.

Si la enfermedad se contrae durante la lactancia, no hay riesgo de infectar al bebé, puesto que la bacteria no pasa a través de la leche materna, así que se puede continuar amamantando. La leche materna cuenta con factores inmunológicos de gran importancia, lo cual puede ayudar a proteger al lactante de cualquier infección.

El tener diarrea u otros síntomas de una infección de E-coli puede causar una disminución en la leche, así que se deben beber suficientes líquidos, además de asegurarse de lavarse bien las manos antes de coger o amamantar al pequeño.


¿Cómo prevenir la infección?


- Lávate siempre las manos con agua y jabón después de usar o limpiar el baño, cambiar pañales, tocar toallas o sábanas sucias y tocar animales de granja. Si tienes gatos en casa, no cambies tú la arena, deja el trabajo a tu pareja.

- Extrema tu higiene al tocar carne cruda y limpia cualquier superficie o utensilio que haya estado en contacto con la carne cruda con desinfectante o con una solución de agua con cloro.

- Cocina bien la carne, sobre todo la de ternera, hasta que el jugo de la carne esté claro (no rosado).

- Lava bien todas las frutas y verduras antes de consumirlas.

- Ingiere solo lácteos pasteurizados (leche, yogurt, queso).
 

- Se ha demostrado que la ingestión de probióticos (microorganismos vivos que administrados en cantidad adecuada confieren beneficio al huésped) pueden producir una competencia con los microorganismos patógenos intestinales causantes de las infecciones vaginales y urinarias. Así que consume productos lácteos o suplementos que contengan específicamente un bacilo llamado Lactobacillus rhamnosus y Lactobacillus fermentum para fortalecer tu sistema inmunitario.

 

Fuente: todopapas.com

 

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