Cirrosis

Definición
La cirrosis es la fibrosis progresiva y difusa que causa alteraciones en la arquitectura del hígado.

El hígado es el órgano más grande de nuestro cuerpo y es esencial para mantener el funcionamiento equilibrado del organismo porque es como un filtro que remueve o neutraliza sustancias dañinas de nuestra sangre, produce agentes inmunes para el control de las infecciones, desecha gérmenes y bacterias, fabrica proteínas que regulan la coagulación de la sangre y produce bilis para ayudar en la absorción de grasas y vitaminas.

La cirrosis es el reemplazo del tejido normal por tejido de cicatrización que bloquea el flujo de sangre hacia este órgano, y no lo deja trabajar en forma adecuada. Esta alteración en el hígado puede causar la muerte.

Causas
Existen muchas circunstancias que dañan al hígado, las más frecuentes son el alcoholismo intenso y la infección con el virus de la hepatitis B y C.

También existen otras alteraciones como la hepatitis autoinmune, donde nuestro sistema de defensa contra las enfermedades desconoce al hígado y comienza a atacarlo, lo que produce inflamación y tejido de cicatrización que finalmente produce cirrosis.

Existen otras enfermedades menos frecuentes como la deficiencia de alfa-1 antitripsina, hemocromatosis, enfermedad de Wilson, galactosemia y alteraciones en el almacenamiento de glucógeno que interfieren con los procesos, productos y el almacenamiento de enzimas, proteínas, metales y otras sustancias que requiere nuestro organismo para funcionar de manera adecuada.

También existen medicamentos, toxinas e infecciones que causan reacciones graves del hígado.

Síntomas
En las etapas tempranas de la enfermedad, muchas personas no tienen síntomas; sin embargo, cuando las células sanas son reemplazadas por tejido de cicatrización comienzan las alteraciones en las funciones del hígado y pueden presentarse los siguientes síntomas:

  1. Cansancio extremo
  2. Fatiga
  3. Pérdida del apetito
  4. Náusea
  5. Pérdida de peso
  6. Dolor abdominal
  7. En la piel del abdomen se presentan unas pequeñas venitas en forma de telaraña

Complicaciones

Edema y ascitis. Debido a que el cuerpo pierde su capacidad de fabricar proteínas (albúmina), hay acumulación de líquidos en las piernas (edema) y en el abdomen (ascitis).

Dolor y sangrados. Cuando el hígado ya no produce las proteínas necesarias para la formación de coágulos, las personas presentan sangrados frecuentes y con gran facilidad.

Ictericia. Es la coloración amarilla que se observa en la piel y los ojos causada por la absorción inadecuada de una sustancia llamada bilirrubina.

Comezón. Se debe al exceso de sustancias que produce la bilis en la piel.

Formación de piedras (litos) en la vesícula. Debido a que la inflamación impide que fluya en forma adecuada la bilis formada en la vesícula biliar.

Acumulación de toxinas en la sangre y el cerebro. Como el hígado no desecha las toxinas de nuestro cuerpo, éstas se acumulan en la sangre y en el cerebro, alterando la función mental de las personas que presentan cambios en la personalidad, coma o incluso la muerte.

Cáncer del hígado. El carcinoma hepatocelular es el tipo de tumor que se observa con mayor frecuencia en personas con cirrosis y tiene una alta tasa de mortalidad.

Alteraciones en otros órganos. La cirrosis causa alteraciones en el sistema inmune y pueden observarse infecciones frecuentes; también puede causar impotencia, alteraciones en los riñones y osteoporosis.

Diagnóstico
El diagnóstico se basa en las características de los síntomas, las pruebas de laboratorio, la historia médica y la exploración física. Durante la evaluación física el médico explora el hígado y puede sentirlo más grande y más rígido de lo normal. Es necesaria además la evaluación mediante estudios de imagen como la tomografía, el ultrasonido o la resonancia magnética.

La evaluación de un pedacito de hígado confirma el diagnóstico, y éste se hace mediante la introducción de una aguja y se toman muestras del hígado para evaluarlas con el microscopio, al procedimiento se le llama biopsia.

Tratamiento
Esta enfermedad no es reversible, aunque el tratamiento puede detener o retrasar las alteraciones en el hígado y al mismo tiempo, reducir las complicaciones. El tratamiento depende de las causas y complicaciones de la cirrosis. Pueden utilizarse antibióticos cuando la causa son infecciones.

Se sugiere que el paciente lleve una dieta saludable y deben tratarse las causas directas de la cirrosis, como la suspensión en el consumo de alcohol. Cuando las complicaciones no pueden detenerse, significa que existe mayor deterioro en las funciones del hígado y entonces es necesario el trasplante de este órgano.

 

Fuente: Tusalud.com