La fobia a la sangre o Hematofobia

La fobia a la sangre o hematofobia implica un temor anormal a la sangre, las heridas, jeringuillas, hospitales y entornos médicos. Los que padecen esta fobia temen su propia sangre y también la sangre ajena. Incluso un anuncio de donar sangre les puede hacer sentir incomodidad. 

fobia-a-la-sangre La fobia a la sangre está dentro de la categoría de fobias especificas. Las mujeres sufren más fobias específicas que los hombres en un promedio de tres mujeres por cada hombre. Solo un 15% de personas con fobias especificas son vistas en consulta.

¿Qué causa la fobia a la sangre?

Las causas pueden ser múltiples desde el aprendizaje de la fobia vía familiar (lo tiene alguien de la familia, los manifiesta y la persona lo aprende). Hasta una reacción ante un suceso que produjo un trauma. Como si alguien se saca sangre y le hacen daño al pincharle o le sale sangre mientras siente el dolor.

Síntomas de la fobia a la sangre

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Las personas con fobia a la sangre pueden sufrir:

  • Una respuesta cardiovascular, aumento latido cardíaco y presión sanguínea
  • Desmayos
  • Ataques de pánico
  • Nauseas
  • Mareos
  • Sensación de repugnancia
  • Ansiedad anticipatoria que lleva a estas personas a temar cualquier situación relacionada con la sangre.

Quienes padecen fobia a la sangre evitan a toda consta someterse a  análisis clínicos o cualquier tipo de prueba médica. Este tipo de miedo puede ser limitativo, ya que la persona puede necesitar alguna intervención  médica o tratamiento que por miedo no es capaz de seguir.

desmayos

Si crees estar sufriendo una fobia a la sangre o hematofobia , acudir al médico seguro te hará sentir mal, puedes tratar de llamar por teléfono al centro de salud para consultar. Si tienes que acudir al médico trata de ir acompañado y piensa que una exposición controlada a lo que tanto temes es el principio para superarlo. Existen diversos tratamientos para la fobia a la sangre que iremos comentando en próximos artículos.